Julián Corro Martín - Fotógrafo Profesional

Colabora: María Sotelo Rodríguez

La PutaCrónica – Zahara (Sala LAVA, 21/01 – Valladolid) 

Decían que iba a ser la noche más fría de todo el invierno, capaz de congelar cualquier corazón. Pero los expertos no contaban con el factor de que, esa misma noche, Zahara iba a causar el deshielo en todas nuestras almas con su música.

A pesar de dejarnos con las ganas tras un cambio de fecha inesperado, sus seguidores más fieles no faltaron a la cita. Era emocionante volver a ver a los asistentes impacientes aguardar, frente al escenario, a que diese comienzo el concierto. Además, cabe destacar el respeto con el que se desarrolló la noche.

Valladolid suele ser una plaza complicada, pero la entrega del público fue notable desde el minuto uno que los artistas pisaron el escenario. El arranque con la emotiva canción “Dolores” (con anécdota que nos guardaremos para el recuerdo) y el cambio de tercio radical con “Crash” nos hizo ver que este concierto iba a ser una montaña rusa de emociones. 

Intercalando canciones de su último trabajo, Puta, con éxitos imprescindibles, el público y, sobre todo, las primeras filas, corearon todas y cada una de las canciones. Zahara nos removió las entrañas con canciones como “Canción de muerte y salvación”, nos retrotrajo a momentos que hemos vivido con su música de fondo con temas como “El deshielo”, pero también nos hizo desplegar toda la lucha del cuerpo al alzar la voz al ritmo de “Ramona”. 

Además, Zahara estaba acompañada por el polifacético Martín Pernarnau IV, quien es capaz de preparar una rave al igual que crear unos fondos emotivos para los temas más sentidos. Al bajo, guitarra eléctrica, piano y un millón de etcéteras, Manuel Cabezalí I, otro gran músico que ha sabido cómo dar cuerpo y forma a las canciones en el directo.

Zahara es una showwoman con todas las letras, dejándose cuerpo y alma en cada concierto; aunque más que conciertos, son espectáculos. Con la compañía de las bailarinas Olga Suárez y Sara Hernández, crean unas coreografías que dotan de una mayor fuerza a las canciones. Es algo que no cabe en una crónica, es necesario vivirlo.

La recta final del concierto la encararon con unos temas que nos hicieron bailar a la par que reivindicar todo lo implícito en ellos. “Merichane” fue el inicio de esta tríada en la que no pudimos dejar de corear esos temas que todos hemos cantado alguna vez a pleno pulmón en nuestra intimidad. “Hoy la bestia cena en casa”, un imprescindible, contrastando con “Berlin u5” fueron los temas que cerraron la noche. Ninguno queríamos que acabase, porque los conciertos de Zahara son de los que darías al repeat una y otra vez, para volverte a emocionar con ella.

La fuerza de Zahara encima de un escenario, pero también la capacidad que tiene para plasmarlo en sus canciones es algo indescriptible, a lo que no alcanzan las palabras. Por lo que, si pasa por vuestra ciudad, id a calmar vuestras guerras internas y buscad la paz en su música.

María Sotelo