Siempre es de agradecer que bandas potentes del panorama nacional se acuerden de Tenerife cuando confeccionan sus giras. Esta vez han sido los madrileños Toundra quienes el pasado 19 de noviembre aterrizaron en Aguere Cultural para regalarnos una noche de rock.
Una de las grandes sorpresas de este bolo fue la colaboración de dos bandas: los palmeros Ella La Rabia y los tinerfeños Malsanto. Anunciadas en cartel, se decidieron a abrir la noche con una fusión de rock y folklore que no dejo indiferente a nadie.
Malsanto fueron los primeros en pisar el escenario de Aguere Cultural. Con melenas y el cuarteto de guitarra-bajo-batería-voz a punto, los tinerfeños caldearon bien el ambiente y las tablas desde el minuto uno. Con una potencia sorprendente, la banda Malsanto se define como “Hardcore old school a mala ostia”, pero a todos nos pusieron a punto para entrar de lleno en el mundo del rock. Compuestos por Miguel a la voz, Poti a la guitarra, Ale al bajo, y Jose a la batería, forman un grupo compacto y que se les ve unidos por ese amor a la música y a darlo todo en sus directos.
Ella La Rabia se trajeron todo el rock, pero sin olvidarse del componente mítico y folk que los caracteriza. El grupo palmero supo cómo meterse al público en el bolsillo y enamorarlo con su último trabajo, Canción de cuna oceánica, en el que han combinado rock alternativo y post-hardcore con influencia del folclore canario. A pesar de llevar unos años sin publicar álbum, desde 2018 no sacaban trabajo nuevo, la banda mostró todo su potencial con sus nuevos temas y un estilo renovado y fresco. Ellos mismos dicen que este proyecto “recoge nuestra vida y raíces en canciones”; quizá, por ello todo el público se sintió identificado con la mayoría de las canciones.
Para completar este pódium de rock, llegó el turno de Toundra. La banda madrileña está presentando en salas su último trabajo, Hex, publicado en enero de este mismo año y que ha alcanzado las cumbres de ventas. Hacía unos cuantos años que el rock de Toundra no paraba en Tenerife, pero vinieron cargados de temazos para ajustar cuentas con el público de la isla.
Como si de un ritual de iniciación se tratase, la banda comenzó con uno de sus temas insignes de su álbum (II), “Magreb”. Pero esta canción fue el prefacio perfecto para dar el pistoletazo de salida a temas de su último trabajo, como “Watt” o “Ruinas”. La trilogía compuesta por “El odio. Parte I”, “El odio. Parte II” y “El odio. Parte III” fue un combo espectacular para servir como conexión entre canciones anteriores, como “Mojave” o “Ara Caeli”.
El recorrido por toda su discografía puso punto final con uno de sus temas más famosos y reconocibles, “Cielo negro (Black sky)”, con el que se despidieron de forma magistral y dejándose la piel en el escenario.
El concierto que nos ofreció Toundra fue un entretejido en el que combinaron temas de la mayoría de sus trabajos de estudio, pero añadiendo esa magia que siempre aportan sus conciertos en directo. Con el ambiente ya caldeado gracias a las bandas teloneras, el público pudo disfrutar de una noche en la que “Yruene” nos llevó a reconstruir las ruinas de “Bizancio”.
María Sotelo