La cita con Phe Festival es una de las más esperadas por los amantes de la música en directo. Esta séptima edición prometía ser bastante fuerte, sobre todo por el hecho de ser el primer año que se retomaba el festival sin ninguna clase de medida o restricción. Tras dos años viviéndolo a medio gas, este año lo hemos podido disfrutar #aPlenoPulmón.
Los ritmos de Queralt Lahoz nos sorprendieron para bien, ya que su proyecto está siendo uno de los grandes descubrimientos que nos brindan los festivales de verano; unas letras cargadas de mensaje con unos ritmos que se cuelan en tu mente y es imposible escapar de su embrujo. Un giro de 360º supuso el espectáculo pop-punk de Kokoshca.
Pero, sin lugar a duda, el espectáculo de la jornada vino de la mano de Xoél López; un show que nos emocionó a todos. Las canciones del cantautor gallego han cobrado una nueva vida gracias al conjunto de músicos que le acompañan y también gracias a la increíble voz de Ede. Xoél no se dejó en el tintero ninguna de sus canciones más míticas y que a más de uno nos han calado muy hondo.
The Parrots nos trajeron unas canciones en la onda del indie-punk, mezclando el cola-cao con versiones de Bad Bunny. Y, con el cambio de escenario, dando paso a la media noche, pudimos avistar a Los Planetas, cabezas visibles del indie patrio, pero que quizá no consiguieron conectar al cien por cien con el público.
La noche se cerró con sabor a Latinoamérica gracias a Instituto Mexicano del Sonido, que nos regaló un buen fin de fiesta.
El talento local también fue el encargado de abrir la tarde del sábado 20. Los chicos de Baldosa, a pesar de tocar bajo el calor de las cinco de la tarde, nos sorprendieron con una propuesta muy original. El Faro, también de la tierra, supieron poner a punto el ambiente para lo que estaba por venir.
A pesar de aún encontrarse el sol en lo alto, Maika Makovski, junto a su banda, supo brillar con luz propia. Su espectáculo fue de los más aclamados gracias al dinamismo que sacó a relucir, cambiando de instrumentos entre ellos y con esa dulzura rebelde que ella tiene. En el otro escenario, Chaqueta de Chándal ofreció una actuación de rock espacial y letras molestas a la par que divertidas.
Uno de los espectáculos más esperados del sábado era el de Alizz, quien ha encontrado en los festivales un hueco muy interesante para presentar su propuesta musical. Mediante el autotune usado como nuevo instrumento musical y un despliegue de sintetizadores, todos disfrutamos con esta forma tan personal que tiene el que ha sido creador de algunas de las bases más sonadas en todo el país.
Siguiendo con la electrónica, los dominicanos Mula lograron que la fiesta continuase y ninguno dejásemos de bailar.
Pero la noche no podía cerrarse sin que un poco de rock nos llenase las venas. De la mano de Viva Suecia, imprescindibles este año en muchísimos festivales de toda España, pudimos dejarnos la voz con canciones que siempre es un placer volver a disfrutar en directo.
El festival tuvo una guinda muy interesante, ya que los alemanes Digitalism recuperaron los ritmos electrónicos para cerrar esta séptima edición del Phe.
En líneas generales, este año hemos tenido un poco de todo; el Phe nos ha recordado a la playlist que te haces para viajes en el coche, en la que puedes encontrarte desde un buen bailable hasta esa canción que te lleva a un momento que no quieres olvidar. El que hubiera dos escenarios ha sido una idea que ha permitido disfrutar de las bandas de diferente forma, ya que crea más movimiento entre unas actuaciones y otras.
Lo mejor de los festivales es que hay propuestas inesperadas que se convierten en una nueva banda favorita, como nos ha pasado con Maika Makovski o con Queralt Lahoz.
Ahora solo nos queda el recuerdo, ¡hasta que llegue la siguiente edición de Phe Festival! Nos vemos el año que viene.
María Sotelo