Si hay algo maravilloso en la juventud es que se irradia frescura y originalidad por los poros. Y si hay algo de lo que va sobrada Maren es de todas esas cosas. La artista bilbaína nos conquistó a todos con su actuación en el O Son Do Camiño Perseidas, a pesar de la dificultad añadida que a veces conlleva el ser telonera de un grupo tan potente como Izal.
Lo de Maren es muy especial, porque es capaz de cautivar sin ni siquiera estar presente en el propio escenario. Su naturalidad a la hora de contar las anécdotas que rodean a las canciones junto a una actitud y una ejecución impecables crean un show redondo. Acompañada de su banda es capaz de tocar diferentes palos, pero todos pincelados con su estilo tan personal que la ha llevado a ser una de las grandes apuestas del indie-pop nacional.
Comenzó al piano, con su “Oh Lovely Sunset”, y continuó con “Fotosíntesis”, tema de 2020, para ya entrar de lleno a presentar su primer LP Margaritas y Lavanda con “Cualquier Cosa Que Diga Yo”.
Intercalando con mucho acierto algunos de sus singles, como “Dear Murphy”, con temas de su último trabajo, como “Aeropuerto” o “Debería Ser Normal”, logró mostrarnos todo su abanico musical. Continuó con una de sus canciones que más suena, “Margarette, Todos Lloran por Ti”, la cual ha grabado recientemente junto a Anni B Sweet, y cómo suena en directo.
Las últimas tres canciones con las que cerró su sublime concierto podrían ser, perfectamente, títulos de películas de serie B o novelas de crímenes. Pero Maren ha creado un estilo muy personal con sus letras y sus títulos, llamativos y que se te quedan en bucle en la mente. “El Día Que Bajé las Escaleras”, “Te Invito a Mi Piscina Para Matarte” y “La Estación Espacial de Teruel” fueron las tres canciones que dieron fin a una cita en la que más de uno daríamos al repeat una y otra vez sin lugar a duda.
Esa forma tan peculiar de cantar, de dejar algunas palabras sin finalizar a la imaginación de la rever, es lo que ha logrado conquistar a todos los que asistimos al Monte O Gozo. Y si algo hemos de agradecerle a la música es que un día esta chica se quitase la vergüenza y nos demostrase que la juventud no es ninguna excusa para derrochar talento y personalidad.
María Sotelo