Hay muchas discusiones en torno a cuántos son los elementos que conforman la naturaleza, pero si de algo no cabe duda es de la fuerza sobrenatural que tiene Leiva encima de un escenario. El sábado 6 de mayo, el torbellino musical de Leiva aterrizó en el Recinto Ferial de Tenerife, que estaba hasta la bandera, con 5000 entradas vendidas para la noche.
Los primeros en compartir música cruzada con el público fueron los integrantes de la banda argentina Ainda, quienes supieron cómo caldear el ambiente con temas como “Primavera” o “Maremágnum”. El estilo de los teloneros casaba perfectamente con el del artista principal, por lo que la noche no pudo comenzar de mejor manera.
Tras Ainda, los zapatos del esperado Leiva resonaron en el escenario ya a ritmo de rock. Como si se tratase de un wéstern, con los sombreros bien encajados y las guitarras cargadas de música, comenzaron con la mítica “Sinceridio”, lo que hizo que el público se entregase desde el minuto uno del concierto.
El espectáculo de luces fue el cómplice perfecto del gran sonido que logró todo el equipo que lleva detrás el artista madrileño. El gran despliegue de músicos que regala encima del escenario es todo un lujo, contando con artistas como Juancho Sidecars. Leiva nos brindó una colaboración muy especial, ya que invitó a Esmeralda Escalante, vocalista de Ainda, a cantar “Infinitos”, tema de su último álbum Cuando te muerdes el labio.
Se esperaban muchos temas de su último trabajo, pero el público recibió con mucho calor todas las canciones, desde algunas que ya son himnos, como “Lobos”, a algunas más emotivas, como “La lluvia en los zapatos”.
El artista madrileño no se conformó con el premio de consolación y supo cómo terminar el concierto por todo lo alto. “Flecha” fue el penúltimo round, tema con el que más de uno quemó las suelas de los zapatos en el Recinto Ferial, motivados por el magnífico ritmo con el que fluye el tema. El colofón llegó de la mano de “Lady Madrid”, una de esas canciones que a todos nos trae algún recuerdo que otro a la mente. Leiva casi tuvo que ceder la voz al público, ya que este se cantó hasta los solos de guitarra. Nadie quería que esta fiesta terminase.
Las canciones de Leiva forman parte de la vida de muchos y la noche de este sábado de mayo quedará en las mentes de todos los que pudimos asistir a esta preciosa celebración de la vida: Leiva, por unas horas, nos regaló sus superpoderes para poder habitar en este pequeño Chernóbil.
María Sotelo