Julián Corro Martín - Fotógrafo Profesional

Colabora: María Sotelo Rodríguez

ARN CULTURE PRIDE 2018

ARN Culture Pride ha logrado posicionarse entre los 10 eventos LGTBIQ+ más importantes a nivel nacional, lo que nos demuestra que las cosas cuando se hacen bien y con amor son todo un éxito. Sobre todo, si se hacen con amor.

Quizá, lo que haya logrado que el ARN Culture Pride se consolide de una manera tan prematura a la par que de una forma tan sólida sea la gran variedad que acoge en su programa. Podemos encontrar charlas para conocer más a fondo la realidad de este colectivo, las Beach Conferences; también lugares de creación y de trabajo en conjunto en el ARN Networking; e, incluso, los premios Alan Turing LGTBIQ+., que ponen en valor a diferentes figuras relacionadas con el colectivo LGTBIQ+, como Boris Izaguirre o Palomo Spain. También, el enclave en el que se desarrolla es un punto a favor, ya que la Playa de las Américas es un lugar perfecto para el desarrollo de esta clase de eventos.

Pero, para lograr la perfecta comunión entre asistentes y el mensaje que se quiere transmitir, no podía faltar algo que nos une a todos como pocas cosas en este mundo: la música. Los organizadores del ARN Culture Pride han tomado buena nota de ello y este año podemos encontrar un cartel con unas propuestas musicales muy variadas. Dos días de festival y la entrada gratuita hizo que muchas personas que, quizá no tenían en sus planes desmelenarse al ritmo de Izal, terminasen dándolo todo.

La encargada de arrancar el motor del ARN Music Festival fue Surma, un proyecto de one woman band que llega desde Portugal. Los ritmos electrónicos poperos ya auguraban una buena fiesta.

The Tripletz, conformado por Sergi Pedrero y Lucas Loren, dejaron muy claro cuál es el principal objetivo de este festival: dar visibilidad a este colectivo y luchar por sus derechos. Ellos lo demuestran tanto cuando se suben al escenario como cuando muestran su contenido en redes sociales.

Desde Islandia llegó Gus Gus a ritmo de electrónica. Sus seguidores se han extendido a lo largo y ancho del mundo, pasando, sin lugar a duda, por Canarias. Fue una de las actuaciones más esperadas.

Como ya apuntábamos, Alaska y Mario no podían dejar de subirse al escenario después de haber participado en algunas de las charlas. Pero cambiaron los micrófonos por cabinas para convertirse en unos excelentes djs.

El domingo comenzó con el mismo buen rollo que el día anterior. Una propuesta muy interesante la de Chocolate Remix, un proyecto llegado desde Argentina con una propuesta que, a primera escucha, puede resultar extraña: reguetón reivindicativo. Aun así, su fuerza en el escenario y sus letras nos hicieron bailar desde el minuto uno de esta segunda jornada.

Los más ansiados de todo el ARN Festival era la banda Izal. Con su Autoterapia recién estrenado, los madrileños se dejaron la piel en el escenario, haciéndonos disfrutar solo como ellos saben y, también, recordándonos que a los locos nos verán bailando. El público se entregó totalmente a su música, lo que nos hizo ver que, en ocasiones, solamente hacen falta unos acordes para dejarse la voz entonando uno de sus temas, que ya suenan casi como pequeños himnos.

Rudimental fue un cambio de tercio absoluto. Con su electrónica fuerte, los británicos supieron cómo cerrar el festival, ya que muchos de sus temas son más que reconocibles, como los éxitos “Not Giving In” o “Feel The Love”. Su formato Dj Set fue estupendo para terminar estos días que estuvieron llenos de amor, reivindicación y complicidad.

Ojalá que esta propuesta vaya haciéndose más fuerte cada año y llegando aún más lejos. Creemos que es un gran logro lo que han conseguido desde ARN Culture Pride, ya que el conjugar la música con otros campos más informativos es un punto a favor para que las personas que acuden puedan ser conscientes de la importancia que tiene el defender los derechos y la visibilidad del colectivo LGTBIQ+. Así que esperemos seguir brindando muchos años más por el amor y por la vida.